Reflexiones de la semana del 11 de mayo
Hermanos y hermanas
Este cuarto domingo de Pascua se conoce a menudo como el "Domingo del Buen Pastor". Jesús nos compara a menudo con las ovejas, que se cuentan entre los animales menos inteligentes y menos fuertes. Una cosa asombrosa de las ovejas es que pueden reconocer la voz particular de su propio pastor. En tiempos de Jesús, un buen pastor, al final de cada jornada, se paraba a la puerta y comprobaba si las ovejas estaban heridas cuando volvían al redil. Si encontraba alguna herida, el pastor cuidaba con ternura de esa oveja en particular, limpiando la zona infectada. Jesús quiere cuidar de nosotros de la misma manera, sólo necesita que escuchemos su voz, seamos obedientes en todos los aspectos, dejemos de actuar como si fuéramos más fuertes e inteligentes de lo que somos, y volvamos al redil.